Krishnamacharya



Krishnamacharya - Figura de luz del Ashtanga - Yoga

Tanto el Ashtanga – Yoga así como muchos otros estilos de Yoga, faltarían en el mundo si no fuera por este hombre: Sri Tirumalai Krishnamacharya (1888-1989), quién salvó al Yoga tradicional del olvido y creó las bases para nuestros estilos de Yoga modernos. ¿Sólo un mito?

El transfondo temporal de Krishnamacharya

Si observamos la tradición del Ashtanga – Yoga damos sin falta con Sri Tirumalai Krishnamacharya (1888-1989). Como en muchos mitos provenientes de la tradición del Yoga, también en el tiempo en el que nació Krishnamacharya, el Yoga había caído en el olvido. El hinduismo rechazaba el Yoga, ya que lo consideraba “ateísta” y demasiado orientado hacia el cuerpo. Reconocer el cuerpo como una esfera vivencial de una percepción espiritual, no era parte de la intención de la religiosidad ortodoxa de la india.

La época de la colonia inglesa (1756 - 1947) tampoco estaba abierta al Yoga, ya que veía en el Yoga una parte de la cultura india, que estaba tratando de se reemplazar con los valores ingleses.

Tampoco los misioneros portugueses aparecidos en india a partir de 1539 bajo la forma de monjes jesuitas pudieron sacar algo positivo del yoga. Yoga era desde la mirada jesuita claramente hinduista y por ello despreciado por diabólico.

A partir de 1560 y partiendo desde Goa, la inquisición de Portugal prosiguió en India y se prestó meticulosa atención a que los indios adoptaran la religión cristiana correctamente. Practicar el Yoga era para la inquisición más que una sospecha de que la antigua religión “pagana” pudiera estar todavía viva. También en la India, una herejía semejante, culminaba frecuentemente en la hoguera.

La infancia de Krishnamacharya

Krishnamacharya, sin embargo, nació el 18 de noviembre de 1888, en una familia donde el yoga ya tenía una larga tradición. Se cuenta a Nathamuni, el legendario autor del Yoga- Rahasya, entre los ancestros de Krishnamacharya. Su padre fue Sri Tirumalai Srivinasa Tattacharya un sabio del sánscrito y maestro de los Vedas. Con cinco años fue instruido al Gayatri-Mantra a través de la ceremonia del Upanayanam Y allí comenzaba su instrucción formal en los textos sagrados y el sánscrito. A través de su padre también fue introducido en la práctica del yoga.

El estudio de sánscrito de Krishnamacharya

El estudio del sánscrito de Krishnamacharya fue interrumpido en su décimo año de vida con la muerte del padre y la familia tuvo que mudarse a Mysore. Allí se encontraba el bisabuelo de Krishnamacharya, H.H. Sri Srinivasa Brahmatantra Parakala Swami, el jefe del tradicional Bramhatantra Parakala Mutt, una universidad hindú semejante a un monasterio. Allí prosigue Krishnamacharya su estudio religioso.

Krishnamacharya permaneció durante todo el tiempo fiel a la práctica del yoga y utilizaba el tiempo libre para realizar extensos viajes por la india y el Himalaya.

El estudio de Krishnamacharya en el Himalaya (1916-1924)

Alrededor del año 1916 resolvió buscar al yogi, rodeado de leyendas, Yogeshwara Rama Mohan Brahmachari. Después de dos meses y medio de caminata lo encontró en una caverna al pié del monte Kailash. Allí permaneció siete años y medio y aprendió de Brahmachari la profundidad del yoga. Junto a los aspectos prácticos, compuestos de Asana, Pranayama y Vinyasa, se aprendió de memoria, también, algunos libros tradicionales. A los textos de estudio de la época pertenecían además del Yoga-Sutra de Patanjali, el Yoga-Kuruntha/Korunta de Vanama-Rishi.

El tiempo de Krishnamacharya en Mysore (1924-1955)

Krishnamacharya pasó, después de su vuelta del Himalaya, algún tiempo en Varanasi. Su maestría en el yoga causó pronto admiración y Krishnamacharya entró en contacto con muchos poderosos de su tiempo.

El sexagésimo cumpleaños de su madre trajo al Maharajá de Mysore, Krishna Raja Wadiyar IV, a Varanasi. Allí se encontró, también, con Krishnamacharya. Entre los dos hombres surgió una amistad. Wadiyar se convirtió en un importante alumno y benefactor de Krishnamacharya. De esta manera, Krishnamacharya pasó a enseñar rápidamente en el templo Vishnu en Mysore junto al palacio Jaganmohan en el centro de Mysore. Por pedido del Maharaja escribió algunos libros, entre otros, el Yoga Makaranda, Yoganjali y Yogasanalu. Krishnamacharya no era solamente el maestro de yoga del Maharaja sino también el amigo y consejero en asuntos políticos.

Krishnamacharya se casó en el año 1925 con su mujer Namagiriammal.

Con numerosas demostraciones trajo Krishnamacharya al Yoga entre los hombres. Entre otros, parece haber detenido voluntariamente el latido del corazón, haber levantado autos sólo con sus manos y haber levantado grandes pesos con los dientes. Impresionantes son, hasta hoy en día, los documentos en video de su praxis de Asana-Vinyasa.

Además del Maharaja se cuentan entre los alumnos de aquella época de Krishnamacharya, y aún hoy conocidos, a Sri K. Pattabhi Jois, BNS Iyengar, BKS Iyengar e Indra Devi.
Con el fin de la época colonial los Maharajaes perdieron poder. Krishna Raja Wadiyar IV murió y lo siguió su sobrino Jacha Maraja Wadiyar V. El alcalde de Mysore K.C. Reddy decretó que las escuelas de Yoga deberían cerrarse al cabo de tres meses. Así culminó una era.

El tiempo de Krishnamacharya en Chennai (1957-1989)

Después de que Krishnamacharya dejara Mysore, pasó a continuación alrededor de dos años en Bangalore. Finalmente fue invitado a Chennai por un conocido abogado, que había buscado la ayuda de Krishnamacharya luego de un ataque al corazón.

Krishnamacharya enseñó en Chennai a sus hijos TK Srinivasan, TKV Desikachar y TK Sribhashyam el Yoga.

En el año 1985 y con 96 años, Krsihnamacharya se cayó de camino al buzón del correo. Él rechazó una operación, pero se trató a sí mismo con la práctica del Yoga.

El Yoga lo practico y enseñó hasta su muerte el 3 de noviembre de 1989. Llegó a tener cien años y su mente permaneció clara hasta el final.

Krishnamacharya como el origen del moderno Hatha-Yoga

Krishnamacharya construyó el puente con el que el Yoga encontró el camino desde el pasado hacia el presente. A pesar de todas las resistencias de su época, protegió al Yoga como tesoro valioso para la humanidad.

Tradicional y sin embargo, innovador; así se lo podría describir a Krishnamacharya. Guardar las antiguas tradiciones y sin embargo superar con valor las fronteras, ése era su lema. Él fue el primero que enseñó a un occidental y a una mujer y con ello se ganó la oposición de los tradicionalistas de su época. La ciencia del Yoga se practicaba desde hacia largo tiempo reservadamente, pero a raíz de las demostraciones de Krishnamacharya, floreció en todo el mundo el interés por esa experiencia antigua.

El Yoga que enseñaba Krishnamacharya reconocía al individuo con sus particularidades. Sistemáticamente y por pasos se desarrolló una práctica que se ajustaba a la medida de cada alumno. Sólo superficialmente se distingue el Yoga que Pattabhi Jois, Indra Devi, BNS Iyengar o BKS Iyengar aprendieron de Krishnamacharya en Mysore del que aprendieron TK Srinivasan, TKV Desikachar, TK Sribhashyam, Srivatsa Ramaswami y AG Mohan unos años más tarde en Chennai. El primero como versión fuerte y dinámica, llamado Ashtanga – Yoga, el otro tranquilo y reflexivo llamado Vini –Yoga son, en el fondo, iguales. Como los alumnos se diferenciaban, así también la forma de acercarse al mismo Yoga. Si observamos las, en apariencia contrarias orientaciones, descubriremos cómo ambas se conservan completamente la una en la otra.

El Yoga de Krishnamachrya estaba orientado a reconocer al ser humano como un todo y de respaldarlo en su desarrollo individual. Salud corporal y crecimiento espiritual pertenecían en la misma medida a los propósitos: Krishnamacharya obtuvo grandes éxitos en muchas enfermedades a través de una práctica ajustada al individuo.

Fuentes:
Desikachar K. The Yoga of the Yogi. 2005Desikachar TKV.
The Heart of Yoga. 1995Desikachar TKV.
Yoga and the Living Tradition of Krishnamacharya. 1998