Cuando comienzas con el yoga, es probable que experimentes algunos de los efectos positivos de inmediato. Tu cuerpo se siente más a gusto, quizás un poco más fuerte, y generalmente te sientes más feliz y relajado después de clase.
Sin embargo, es después de haber practicado durante un período de tiempo más largo que te das cuenta de que tu práctica de yoga realmente ha comenzado a influir en tu vida cotidiana también fuera de la colchoneta. Notas que tu mente se siente más estable, te sientes más conectado con tu espíritu y simplemente surge un sentimiento de amor por la vida.
Estos beneficios a largo plazo del yoga generalmente se obtienen de manera mucho más gradual, por lo que es posible que no los atribuya de inmediato a su práctica de yoga. Pero cuando dejas de practicar, lo que la mayoría de nosotros hacemos en algún momento, te das cuenta de que fue el yoga lo que ayudó a mejorar tanto tu experiencia de vida. Es exactamente por eso que la mayoría de nosotros tendemos a volver a la práctica tarde o temprano, ¡porque sabemos que funciona!
No tienes que subirte a la colchoneta todos los días. He practicado yoga durante 15 años y he descubierto que no es necesario practicar todos los días para disfrutar de estos beneficios. Se trata más de coherencia. Por lo general, trato de no pasar más de 3 días sin practicar.
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